
395554 02: (FILE PHOTO) The B-2 spirit bomber, foreground, F-117A Nighthawks, background, fly during a training exercise in an undated photo. The U.S.-led bombing campaign in Afghanistan is in a third round of air and sea launched attacks, reportedly using B-2 bombers October 9, 2001 with bombs and missiles aimed at air defense and other military targets, senior Pentagon officials said. (Photo by USAF/Getty Images)
Si lo logras ver, tranquilo: no eras su objetivo.
El B-2 Spirit, también conocido como el “avión fantasma” de Estados Unidos, es uno de los bombarderos más avanzados y letales del mundo. Diseñado para infiltrarse en defensas aéreas extremadamente protegidas sin ser detectado, volvió a ser protagonista en la reciente operación militar contra objetivos nucleares en Irán. Su participación reabre el debate sobre el poderío estratégico de Washington y su capacidad de proyectar fuerza con precisión quirúrgica.
¿Qué hace tan especial al B-2 Spirit?
El bombardero B-2, fabricado por Northrop Grumman, posee una forma de “ala volante” que lo hace prácticamente invisible a los radares. Su superficie está recubierta con un material especial que absorbe ondas electromagnéticas y reduce la firma infrarroja y acústica, convirtiéndolo en una pesadilla para cualquier sistema antiaéreo.
Con un alcance de más de 9.600 km sin repostar, este avión puede volar sin pausa durante más de 18 horas. En la reciente operación en Oriente Medio, siete B-2 sobrevolaron sin ser detectados múltiples fronteras hostiles, realizando reabastecimiento aéreo para completar su misión.
Operación “Martillo de Medianoche”: el ataque sigiloso a Irán
El domingo 22 de junio de 2025, el mundo fue testigo de una operación sin precedentes. Bajo el nombre de Midnight Hammer, siete B-2 Spirit lanzaron por primera vez en combate las potentes bombas antibúnker GBU-57/B, también conocidas como Massive Ordnance Penetrator (MOP). Estos proyectiles, de más de 13 toneladas, están diseñados para destruir instalaciones subterráneas protegidas por metros de hormigón armado.
Según reportes del Wall Street Journal y Financial Times, se utilizaron 14 bombas para atacar los complejos nucleares de Fordow y Natanz. En simultáneo, un submarino estadounidense lanzó misiles Tomahawk sobre Isfahán como maniobra de distracción.
El Pentágono empleó una estrategia de engaño: seis aviones fueron enviados hacia el Pacífico como señuelo, mientras los B-2 reales se dirigían al corazón de Irán con sigilo total.
Cráteres y silencio: los efectos del ataque
Imágenes satelitales posteriores al ataque muestran enormes cráteres en Fordow, aunque los expertos advierten que las verdaderas instalaciones nucleares podrían estar ubicadas a más de 80 metros bajo tierra. La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), hasta el momento, no ha reportado liberación de radiación, lo que sugiere que no se afectaron materiales nucleares activos.
A pesar de estar protegidos por sistemas antiaéreos rusos e iraníes, los búnkeres fueron alcanzados con precisión. Según analistas, este tipo de ataque solo puede llevarse a cabo por Estados Unidos debido a su exclusiva capacidad de transportar y operar las GBU-57.
Tecnología del B-2 Spirit: una joya de la ingeniería militar
- Tripulación: 2 pilotos.
- Velocidad: Hasta Mach 0.95 (1.010 km/h).
- Altitud operativa: 50.000 pies.
- Motores: 4 turbinas General Electric F118-GE-100.
- Alcance: 11.500 millas con reabastecimiento.
- Costo por unidad: Más de 2.000 millones de dólares.
- Carga útil: 40.000 libras (aproximadamente 18.000 kg), incluyendo armas nucleares como la B61 y la B83.
Su cabina está reforzada para resistir interferencias electrónicas y climas extremos. Puede lanzar bombas guiadas por GPS (JDAM), misiles de largo alcance (JASSM) y armamento nuclear. Todo ello lo convierte en el avión ideal para misiones de precisión en ambientes hostiles.
De la Guerra Fría al presente: el legado del B-2
El primer B-2 fue revelado públicamente el 22 de noviembre de 1988, y voló por primera vez en julio de 1989. Sin embargo, no fue hasta 1999 cuando entró en acción real, durante la Guerra de Kosovo, desde donde operó sin escalas desde Estados Unidos.
Desde entonces, ha sido desplegado en Libia, Afganistán, Irak y ahora Irán. Con solo 19 unidades operativas, el B-2 es una pieza estratégica que Washington utiliza solo en momentos de máxima relevancia militar o geopolítica.
El avión que no ves, pero que define guerras
El B-2 Spirit no solo es una plataforma aérea avanzada; es un mensaje. Su presencia, incluso no confirmada oficialmente, es suficiente para cambiar el cálculo estratégico de cualquier adversario. La operación en Irán reafirma su rol como uno de los activos más letales y sofisticados del Pentágono.