
La histórica compañía de Silicon Valley atraviesa una encrucijada. Con pérdidas millonarias, feroz competencia de Nvidia y Samsung, y una transición tecnológica clave en juego, Intel nombra a un nuevo líder: Lip-Bu Tan, un referente del capital riesgo y la industria de los chips.
Un giro inesperado: Intel busca redención con un CEO de 65 años
En una decisión cargada de simbolismo y estrategia, Intel ha designado a Lip-Bu Tan como su nuevo director ejecutivo. A sus 65 años, el empresario nacido en Malasia y educado en el MIT llega con la misión de revertir uno de los declives más pronunciados en la historia reciente de la compañía. La noticia fue bien recibida por los mercados: las acciones de Intel subieron más de un 12% tras el anuncio.
Este movimiento no solo marca el final de una etapa bajo el liderazgo fallido de Pat Gelsinger, sino que representa también una clara apuesta por el pensamiento a largo plazo, el pragmatismo y la experiencia acumulada.
¿Quién es Lip-Bu Tan? Un pionero con alma de filósofo
Lip-Bu Tan no es un CEO convencional. Con formación en física, ingeniería nuclear y un MBA, es también un profundo admirador de Henry David Thoreau, el autor de Walden. De hecho, bautizó su firma de inversión como Walden International, inspirándose en los ideales de autosuficiencia y pensamiento independiente.
Durante su paso por Cadence Design Systems, logró un crecimiento del 3.200% en el valor de las acciones y posicionó a la empresa como proveedor clave de Apple, Amazon y Google. Además, fue uno de los primeros impulsores del ecosistema de semiconductores en Asia. Su llegada a Intel podría marcar un antes y un después.
La esperanza tecnológica: litografía 18A y la revolución PowerVia
La recuperación de Intel no depende solo del liderazgo, sino también de su capacidad para ejecutar una de las transiciones tecnológicas más ambiciosas de su historia. El gran protagonista es el nodo de fabricación 18A, una tecnología que combina transistores RibbonFET (Gate-All-Around) con una arquitectura revolucionaria de entrega de energía llamada PowerVia.
Esta innovación propone separar físicamente las rutas de alimentación y señal dentro del chip, evitando cuellos de botella y mejorando el rendimiento energético. Según cifras oficiales, el nodo 18A promete:
- 25% más de rendimiento con el mismo voltaje que Intel 3
- 36% menos consumo energético usando la misma frecuencia
- Hasta 38% menos consumo bajando el voltaje a 0,75 V
Aunque estas cifras provienen de Intel, apuntan a un escenario prometedor si la compañía logra escalar la producción en 2025, tal como ha proyectado.
Guerra comercial, IA y un modelo de negocio en disputa
Pero los retos van mucho más allá de la tecnología. Intel aún enfrenta:
- Presión geopolítica: Donald Trump pausó nuevos aranceles por 90 días, dando un respiro temporal.
- Competencia feroz: Nvidia ha pasado de ser el objetivo de compra de Intel hace dos décadas a superarla en valor bursátil por más de 2 billones de dólares.
- Cambio estructural pendiente: se baraja escindir su división de manufactura y formar una joint venture con TSMC, algo impensado hace apenas unos años.
El modelo verticalmente integrado de Intel (diseño + fabricación) está bajo revisión. El futuro podría implicar abrir sus fábricas a terceros, como ya hacen AMD y Nvidia.
Un último intento con fecha de caducidad
Lip-Bu Tan reconoció en su presentación oficial que Intel “ha fallado en adaptarse y satisfacer las necesidades del mercado” y pidió una crítica “brutalmente honesta”. Este gesto, poco común en la élite corporativa, podría ser el punto de partida de una transformación real.
La industria y los consumidores esperan que este veterano, con su mezcla de visión filosófica, éxito empresarial y conocimiento profundo del sector, sea capaz de redirigir a Intel hacia el liderazgo que una vez tuvo.
¿Es Lip-Bu Tan el salvador que necesita Intel?
Intel no tiene margen para nuevos errores. Su nuevo CEO simboliza tanto un retorno a la estrategia a largo plazo como una llamada de urgencia. Con la litografía 18A como punta de lanza, una cultura empresarial en revisión y una batalla abierta en la carrera de la inteligencia artificial, 2025 será el año clave para definir si la compañía resurge… o se desvanece.